Senador Bob Menendez (D-N.J.), uno de los Miembros de mayor rango en el Comité de Relaciones Internacionales del Senado, emitió la siguiente declaración en reacción al cambio anunciado por la Administración Trump en la política exterior de Estados Unidos hacia Cuba:

“He pasado gran parte del último cuarto de siglo luchando orgullosamente por los derechos humanos y la libertad para todos aquí en nuestro país y en todo el mundo. El pueblo Cubano no merece de menos.

“El anuncio de hoy es un paso en la dirección correcta para revertir una política mal aconsejada y equivocada hacia Cuba quien no cumplió sus promesas, dejó al pueblo cubano peor y permitió a los fugitivos estadounidenses, como la asesina Joanne Chesimard, escapar la justicia. He seguido presionando tanto a las Administraciones de Obama como a las de Trump por el regreso de Joanne Chesimard, y me complace que el presidente haya hecho su regreso -en términos claros y absolutos, como he insistido- como condición del sostenido compromiso entre Estados Unidos y Cuba.

“Permitir al régimen de Castro, como lo hizo la administración anterior, reintegrarse de manera constante y unilateral en la economía mundial sin compromisos firmes para mejorar las condiciones para el pueblo cubano, sólo envalentonó una dictadura opresiva para estrechar su dominio sobre sus ciudadanos. Al dar prioridad a los intereses económicos a corto plazo sobre los valores estadounidenses a largo plazo y duraderos, esto proporcionó una línea de contacto a un régimen debilitado en un momento en que los Estados Unidos tenían una influencia increíble. Fue una oportunidad perdida para lograr un cambio real y significativo en la isla.

“Como yo temía entonces, la inundación del Dólar en Cuba sólo ha servido un propósito considerable: alimentar el fuego del régimen Castro. Ha conducido a una mayor represión, a más detenciones de disidentes políticos, a menos libertad y a menos oportunidades económicas para sus ciudadanos. El gobierno de los Estados Unidos no debe estar en el negocio de enriquecer a un dictador a costa de apoyar la democracia y los derechos humanos básicos.

“La decisión de la Administración Trump de reinstaurar controles más estrictos, hacer cumplir la ley permanente que escribí y evitar que las compañías estadounidenses ganen dinero al asociarse con entidades de propiedad de los Castros y el ejército cubano es un buen primer paso. Sin embargo, dado el control efectivo del régimen de la industria del turismo organizado, continuar permitiendo que los barcos de cruceros y vuelos a la isla continúen bombeando vitalidad económica al régimen. Aquellos que idealizan la Cuba actual y creen que la inversión extranjera facilitará la transición del país a la democracia, ignoran voluntariamente el hecho de que es la dictadura -no el pueblo cubano- la que se beneficia de su inversión.

“Aunque me anima el compromiso de la administración de ayudar a los Cubanos a desarrollar una sociedad civil independiente que defienda los derechos humanos básicos, la libertad de expresión, la libertad de prensa, las elecciones libres, y la oportunidad económica para todos, continuare a presionando por los recursos necesarios para apoyar el pueblo cubano en sus esfuerzos de avanzar estas prioridades.

“Si Cuba realmente aspira a tener una mejor relación con Estados Unidos y viabilidad económica a través de un mayor compromiso estadounidense, primero debe implementar profundos cambios estructurales para crear una sociedad y economía, libre y abierta, para su pueblo, acompañada de reformas políticas y la vuelta a la justicia de Joanne Chesimard y otros fugitivos estadounidenses que continúa abrigando. Hasta entonces, las empresas estadounidenses tendrán que resistir el impulso de apoyar el régimen moribundo de Castro a costo del pueblo cubano, y a pesar de la familia de Werner Foerster, el policía ultimado en el estado de New Jersey.”

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