WASHINGTON.— Líderes demócratas del Senado han instado a la secretaria de Educación, Betsy DeVos, a que permita que los dreamers tengan acceso a las ayudas educativas dentro del tercer plan de estímulo económico. Esa ley no les impuso obstáculos, pero DeVos sí lo hizo.

El pasado 21 de abril, la secretaria de Educación emitió guías que imponen restricciones en el manejo de los $6,000 millones designados a universidades dentro del tercer plan de estímulo económico que el Congreso aprobó el mes pasado, y que ofrece ayudas a estudiantes afectados por la pandemia del COVID-19, incluyendo subvenciones para matrículas, vivienda y cuidado de niños.

Ese plan de dos billones de dólares no prohíbe el acceso de los dreamers a las ayudas económicas disponibles a estudiantes por gastos inesperados durante la crisis sanitaria. De hecho, éstos pueden recibir cheques directos del gobierno porque tienen número de Seguro Social.

Sin embargo, DeVos indicó a las universidades que las ayudas sólo estarán disponibles a estudiantes que califiquen para programas educativos financiados con fondos federales. Es decir, DeVos eliminó la flexibilidad que las universidades necesitaban para manejar los fondos otorgados dentro del plan de estímulo.

La Asociación Nacional de Educación (NEA, por su sigla en inglés), uno de los principales sindicatos de maestros en Estados Unidos, afirmó que con su decisión DeVos ha demostrado "un nivel de crueldad pasmoso".

Los beneficiarios del programa de “Acción Diferida para los Llegados en la Infancia” (DACA, por su sigla en inglés) de 2012 no tienen estatus legal en el país, pero sí están protegidos de la deportación y reciben permisos de trabajo, más otros beneficios que les autoricen los gobiernos estatales.

DeVos ha dicho que sólo los estudiantes que puedan recibir ayuda federal podrán obtener beneficios del tercer plan de estímulo económico. Sin embargo, DeVos omitió decir que, bajo las leyes migratorias, las autoridades sí tienen “discreción” en torno a las prioridades y el cumplimiento de las regulaciones.

Por ello, 26 senadores demócratas, entre éstos Bob Menéndez, de Nueva Jersey, y Chuck Schumer, de Nueva York, enviaron una carta a DeVos en la que la instaron a que revierta las restricciones contra los dreamers.

Durante la pandemia del COVID-19, los beneficiarios de DACA que estudian en universidades enfrentan desafíos y responsabilidades familiares como otros estudiantes, y “no deben ser excluidos de esta ayuda crítica”, indicó la carta.

El plan de estímulo económico contiene ayudas pensadas precisamente para estudiantes “que son especialmente vulnerables a las dificultades económicas“, y negarles la ayuda empeorará la crisis, agregó.

“Si el Departamento priva a los estudiantes indocumentados de esta ayuda, éstos pueden estar expuestos a mayores vulnerabilidades y el riesgo de prolongar esta crisis aumentaría”, enfatizaron los senadores.

Desde la Cámara de Representantes, 72 legisladores demócratas también enviaron una carta a DeVos en la que advirtieron que este no es el momento para “dividir a los estudiantes con base a su estatus migratorio, o limitarles indebidamente la ayuda”.

Durante una conferencia telefónica este martes, Schumer, Menéndez y Dick Durbin, reiteraron la necesidad de que el gobierno de Trump extienda los permisos a los dreamers y a beneficiarios del programa de Estatus de Protección Temporal (TPS, por su sigla en inglés), que están en la primera línea de defensa contra el COVID-19.

Pero la Administración desmanteló ambos programas, que se mantienen en vigor debido a sendas batallas legales. La Corte Suprema prevé emitir un dictamen sobre DACA en cualquier momento antes de concluir su sesión en junio próximo.

En total, alrededor de 202,500 dreamers y 131,300 beneficiarios del TPS de El Salvador, Honduras y Haití, trabajan en labores “esenciales” durante la pandemia, y sacarlos de la fuerza laboral pondría en riesgo “catastrófico” la cadena de suministro de alimentos y el área del cuidado de salud, dijeron.